Los que nos hemos dedicado a esta profesión desde hace mucho tiempo, no siempre hemos tenido a nuestra disposición los medios de los que hoy disponemos. Es gracias a unos cuantos pioneros, ansiosos por mejorar la vida de los que no pueden percibir el mundo tal y como nosotros lo hacemos, que hemos ido avanzando y consiguiendo mejores medios y recursos. En el caso de los invidentes, quiero recoger aquí los inicios de la tecnología que permitía adaptar su vida y hacer más fácil su día a día. Sólo tres ejemplos: el Optacon, el Versabraille y el Braille n'Speak. Veamos:

1982 es el año en que llegó a España el primer equipo de edición electrónica y de textos en braille denominado VersaBraille, compuesto por unos 20 caracteres dimorfos, una línea braille junto a una unidad central de proceso y que para su gestión de datos utilizaba cintas de casete de 60 minutos. Sin duda un significativo avance para la época y probablemente uno de los primeros anotadores para ciegos.
A mediados de 1988 llega a nuestros centros de investigación un pequeño equipo, que tras ser analizado y traducido su software al castellano, comienza la distribución de sus primeras unidades. Este producto, llamado Braille’n Speak o Braille Hablado, revolucionaría los métodos de escritura y almacenamiento de información para los ciegos. Aunque tuvo precedentes como el VersaBraille, el Delta, o el Eureka A4 de la Australiana Robotrón Group, estos productos no tuvieron demasiado éxito por su escasa comprensión de su síntesis.
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